El modelo se ha perfeccionado con el tiempo y define las acciones que realiza una empresa para crear y vender un producto o servicio a sus clientes. En un mundo que cambia rápidamente, ayuda a adaptar estrategias para responder a nuevas preferencias y hábitos de compra.
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El Marketing Mix no se trata solo de una “promoción”. Todo comienza mucho antes: desde la definición de su identidad de marca, las características, precios y ventajas competitivas de los productos y servicios, hasta una imagen completa de sus compradores, los objetivos comerciales y el mapeo de todos los canales posibles y actividad disponible.
En la actualidad, el marketing evoluciona constantemente con la tecnología que se desarrolla a la velocidad de la luz, los presupuestos de marketing cada vez más optimizados y reducidos al mínimo, y la evolución de lo digital y lo híbrido que cubren una parte -cada vez mayor- de las soluciones promocionales.
Sumado a esto se suma el comportamiento de compra de los consumidores que cambian rápidamente y pueden hacer que una estrategia tradicional de Marketing Mix -que podría haber funcionado incluso hace apenas 10 años- quede obsoleta.
¿Qué es la mezcla de Marketing Mix?
Es el conjunto de acciones que realiza una empresa para crear y comercializar su producto o servicio. El objetivo es ofrecer a los clientes el producto adecuado, en el momento indicado, en el lugar/canal óptimo y al precio justo. Las empresas utilizan una combinación de medios y acciones para generar la respuesta que desean de su audiencia.
El Marketing Mix es la verdadera base estratégica de todo el plan de negocio de las empresas. Su desarrollo sirve para:
- Comprender qué puede ofrecer el producto o servicio a los clientes en comparación con la competencia.
- Definir el producto/servicio en sí.
- Planificar, desarrollar y ejecutar estrategias de marketing efectivas.
- Explotar las propias fortalezas y evitar costos innecesarios.
- Identificar y comprender las características del cliente.
- Saber cuándo, dónde y cómo promocionar el producto/servicio al target.
Los elementos constitutivos del Marketing Mix, de la “P” a la “C”
Los teóricos del marketing han intentado durante décadas establecer los componentes esenciales del marketing. En un principio, como comentábamos, existían las famosas “4 Ps”:
Producto
El producto es un bien o servicio que se ofrece como solución para satisfacer las necesidades de su cliente potencial. Al desarrollar su producto, debe considerar su ciclo de vida y planificar los diferentes desafíos que pueden surgir durante las distintas fases. Una vez que el producto llega a la etapa final (una fase de disminución de ventas), es hora de reinventar el artículo para ganar nuevamente la demanda de los clientes.
Precio
El segundo elemento del Marketing Mix es el precio que el cliente está dispuesto a pagar por el producto. Esto ayuda a determinar las ganancias que la empresa podrá generar. Al fijar el precio de un producto, es necesario considerar cuánto se gastó para producirlo, los rangos de precios de los competidores y el valor percibido por el mercado.
Place (Lugar)
Este es el centro de distribución del producto y los canales utilizados para distribuirlo al cliente. Dondequiera que esté debe ser de fácil acceso, ya sean tiendas físicas o canales digitales. La lógica, sin embargo, es idéntica: si eres propietario de una tienda física, ésta debe estar en un lugar fácilmente identificable por el cliente. Por otro lado, si tiene un sitio de comercio electrónico, debe asegurarse de que esté bien posicionado en los motores de búsqueda y, por lo tanto, sea visible y reconocible en línea.
Promoción
La promoción se refiere a los métodos que utiliza una empresa para llamar la atención de los clientes sobre su producto. Estos incluyen promociones, servicio al cliente, relaciones públicas, publicidad tradicional y/o publicidad online. Otras opciones que se pueden considerar, en la era digital, son el SEO local, la publicidad en buscadores, el Social Media Marketing, el Marketing de Afiliados.
Al crear una estrategia de promoción, también se deben considerar las tácticas utilizadas por los competidores, así como los canales más efectivos para llegar a los clientes y si estos corresponden y son consistentes con el valor percibido del producto.
A estas primeras 4 P se le sumaron posteriormente otras 3, para llegar a las “7 P del marketing”:
Personas
En el centro están las personas, tanto los clientes como los empleados de una organización, que están directamente relacionados con el producto o servicio. Por un lado, necesitamos estudiar el mercado objetivo para entender que estamos ofreciendo el producto/servicio correcto al objetivo correcto. Por otra parte, necesitamos contratar a las personas adecuadas, que sean capaces de dar lo mejor de sí para construir todo el proceso.
Proceso
Los sistemas y procesos son la segunda “P” adicional porque juegan un papel importante en la creación y prestación de un servicio al cliente de calidad. Debemos asegurarnos de que el proceso esté libre de cuellos de botella y bloqueos, con el fin de reducir gastos innecesarios asociados a la ejecución del servicio. Puede utilizar mapas de procesos y planos para mapear las etapas y analizarlas para identificar dónde es necesario realizar mejoras.
Prueba tangible
Esta última P, “prueba tangible”, se refiere a lo que ven los clientes cuando consumen un producto o utilizan un servicio. Y esto incluye muchos elementos: la marca, el packaging, el entorno físico en el que se vende el producto o el sitio por el que estás navegando.
Es esencial que todos estos aspectos físicos asociados con el activo se adhieran a los valores de la empresa, ya que un Brand Equity sólido es uno de los principales impulsores del negocio de una marca.
Posteriormente también se añadió una octava “P”, vinculada al Rendimiento, especialmente con la llegada del Marketing Digital.
Las «P» eran norma ya en los años 80, pero posteriormente llegamos al modelo de las «4 C», que a su vez se divide en dos declinaciones, una más de marketing de producto y otra más ligada al mundo de la comunicación.
Las 4C del Marketing de Producto, según Lauterborn, con fecha de 1990, son:
- Consumidores, necesidades y deseos.
- Costo de cumplimiento.
- Comodidad para comprar.
- Comunicación.
El contexto actual es el de conversaciones en línea, discusión, intercambio de experiencias e información. Las empresas deberán establecer una relación y comunicación verdaderamente interactiva, que interrumpa el tradicional flujo unidireccional y difundido de las marcas para crear un diálogo, centrándose en la calidad de la información y los contenidos compartidos. La compañía y el consumidor ahora interactúan y se relacionan en pie de igualdad.